El domingo pasado fui otra vez a la playa. No hacía calor, pero esto de que el invierno se acerca... tal vez sea la última oportunidad de ir a la playa, pensé. Por si acaso, aparte del bañador y camiseta llevé el pantalón largo y la cámara de fotos. Tal y como está el mar estos días, en vez de bañarme igual me dedico a fotografiar a los locos surfistas haciendo sus cabriolas en un mar embravecido. Esta vez me decidí por ir a Dee Why, la playa más cercana a mi casa.
Y el mar sí que estaba movido, sí. Las olas eran de dos metros y más. Incluso la playa estaba cerrada a los bañistas. Pero eso no quitó el ánimo a los surfistas, habría como una treintena en el agua. El día, aunque algo fresquillo en la sombra, era radiante. Vamos, un día otoñal glorioso. Así que me dediqué a fotografiar a los surfistas. Pero esto que me dió el gusanillo de tal vez, ¿por qué no? Yo también puedo ir al agua. Al fin y al cabo, aunque la playa está cerrada hay bañistas vigilando, y no dicen nada a los surfistas.
Así que me decidí coger mi tabla de bodyboard, y al agua que fuí. El agua estaba más caliente que el aire, ¡qué gustillo! (luego me enteré que la temperatura del agua era de 25 grados). Y las olas, aunque grandes, eran más fáciles que las de la playa de Avoca. ¿O tal vez estoy mejorando mi técnica? Me era fácil llegar a donde rompen las olas, y tenía menos problemas con las olas grandes. Y mejor que en avoca, las olas rompían en zona profunda con lo que no me chocaba contra el suelo.
En una de estas me fijé en un grupo de chiquillos surfistas cerca de las rocas. Allí las olas parecían mucho más estables que en el centro de la playa. Se lo pasaban tan a lo grande que acudí allí a probar suerte. El problema es que había que ponerse muy cerca de las rocas, y la verdad es que da miedo. En eso que llega una de las olas gigantes de las que a veces aparecen. Intenté tomarla, pero tuve mala fortuna (o mala pericia), y la ola cayó encima de mí, arrastrándome al fondo, arriba y abajo, hasta que al fin pude sacar la cabeza. No tenía claro de si estaba cerca de las rocas, cuando otra de las olas grandes llegó encima de mí. Y otra vez, ahí que voy, dando vueltas como una toalla en la lavadora. Entonces sí que tuve miedo, más que nada porque igual estaba a punto de estrellarme contra las rocas. Logré sacar la cabeza, y otra ola venía. Ví que estaba más bien lejos de las rocas, con lo que me dejé llevar por la ola, y otra, hasta que las olas se acabaron. Miré alrededor aturdido, y ví que casi todos los surfistas estaban cerca de mí y todos parecían aturdidos también. Esto me consoló un poco. No fui yo el único al que las olas le habían hecho la jugada.
Aun así me lo pasé en grande. Al final salí del agua y me dediqué a fotografiar a los surfistas. Fui a las rocas, pero esta vez en tierra firme, y me dí cuenta que las olas no rompían contra ellas. Es decir, que al fin y al cabo no había pasado ningún peligro. Y ahora, aquí en casa, cuando pienso en las olas que me arrastraron arriba y abajo, la verdad es que más bien parecía que me estaban meciendo, jugando conmigo lo mismo que yo estaba jugando con ellas.
Con lo que, si el tiempo me deja, les devolveré su cumplido y seguiré jugando con ellas una semana más.
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3 comentarios:
Hola Diego... Bien, ganamos a las olas por un punto, jeje...
Lo primero que me ha sorprendido es la cámara, si si, la cámara... Porque digo yo que cuando te metiste en el agua la cámara la dejaste en la orilla ¡y no te la robaron! supongo que en Australia las cosas son diferentes, o alomejor la llevabas bien escondida.. Bueno ya me diras tu secreto.
Por lo demás me alegro de que disfrutaras de las olas y que por fin hayais llegado a un entendimiento.
Supongo que ya habrás conseguido acoplarte a las horas y las horas a ti...
Y dirte que este fin de semana me acerqué un poquito a ti a traves de las noticias de F-1 que doy los viernes, jeje, ya sabes Melbourne estaba de carreras... Por cierto ¿Cómo de lejos está Melbourne de Sidney?¿has estado? ¿Sabes? me encantaría que incluyeras fotos en tu blog de Sidney, pero no las que se ven en los catálagos de las agencias de viaje... Enséñame Sidney como tu la ves...
PD: Tengo un amigo en Moscú, que a su vez tiene un amigo de Alzira o Paterna, no recuerdo, que trabaja en la capital rusa tambien y tiene un blog... el blog es http://caminoaperdicion.blogspot.com/
todavía no le he dejado un comentario, pero lo haré... tal vez ya que los amigos y familiares no se nos unen, podamos establecer nuestra red de blogs entre otros que vayamos conociendo, jejeje...
Besos
Hola Esther,
La solución para que no te roben la cámara es muy fácil... ¡déjala en el coche! El problema es dónde esconder las llaves del coche. Pero bueno, como son pequeñitas más o menos disimulan.
Podré alguna foto en cuanto tenga fotos digitales. La cámara que usé es de las de antes, ya sabes, con negativo (o en este caso con diapositiva). Y es que la cámara digital está ahora en Japón, con Mineko.
Por cierto, Melbourne está cerquita de Sidney considerando el tamaño de Australia pero aún así se tarda un par de días en coche. Es uno de los viajes que quiero hacer desde hace años, el recorrido se supone que es muy bonito.
Nada, me paso al blog de tu amigo, a ver qué cuenta.
Hola de nuevo,Diego, jejeje... Bueno, no quiero asustarte, pero he de decirte que una de mis cámaras me la robaron precisamente del coche... Por cierto ¿y que coche tienes?¿y no te lias al conducir en España otra vez por la derecha? Debes ser feliz en un país para zurdos a la hora de conducir.... aaaaaainssssssss... como te envidio.
Me has hecho pensar en la relatividad de "cerca y lejos" (parezco Coco explicando a Gustavo una de sus lecciones en Barriosésamo).
Aquí en España un sitio que esté a dos días (que ahora mismo no sé cual puede ser porque la verdad, que yo en un día me planto en cualquier parte de España, menos en las canarias o las baleares y porque no hay puente) nos parece lejos. Y tu va y me dices que Melbourne está cerca, porque "solo" son dos dias, buah, pues digo yo que la ciudad más próxima a sidney, para vosotros, debe ser la que esté, como Madrid para nosotros, por ejemplo ¿no?
jejeje...
PD: No es mi amigo, mi amigo es amigo de él (ala que lío) yo no le conozco, pero me mola la idea de ir transmitiéndonos mensajitos, por cierto que todavía no le dije nada...
Besos
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