miércoles, junio 28, 2006

No queda nada que ver en el mundial

Este mundial de fútbol ha sido especial. Jugaban Japón, Australia, y España. Pero Japón perdió ante Australia y no pasó de la primera ronda. Australia logró llegar a octavos de final (quién se lo iba a esperar), pero Italia acabó con ella. Y España, bueno, esta mañana me he levantado a las 6 menos cuarto de la mañana porque no podía dormir pensando en el partido. Encendí la televisión, y era aún la primera parte: España 1, Francia 1. Pero en los últimos minutos se acabó el mundial para España y perdió por 1 a 3.

Nada, ya no quedan equipos interesantes en el mundial, sólo quedan "los grandes". El mundial ha sido emocionante hasta ahora. Sobre todo Australia. Es un país donde muchos no saben realmente qué es el fútbol, y aún así su equipo ha conseguido un puesto en el mundial. La preparación del partido ante Italia daba mucho que hablar aquí, principalmente por la gran comunidad de immigrantes italianos, que no sabían a quién animar. Bueno, por lo menos ellos aún tienen algo que ver en el mundial, sin remordimientos de si deben de animar a Italia o a Australia.

Y yo? Pues nada, a dormir tranquilo.

domingo, junio 18, 2006

¡Ballena a la vista!

Durante esta época del año las ballenas emigran de las aguas frías del antártico a las aguas más cálidas del norte de Australia, y Sidney está en mitad del camino de su ruta migratoria. Es bastante corriente ver a alguna ballena entrar en la bahía de Sidney, junto al famoso edificio de la ópera. Cuando eso ocurre, los barcos de viajeros navegan más lentamente para que los viajeros tenga la oportunidad de verlos. Sí que sería suerte que me ocurriera a mí, pero como no suelo viajar en barco la verdad es que no creo que tenga la oportunidad de que me ocurra.

Pero se puede ir a buscarlas. Hoy Mineko y yo hemos ido al cabo de Solander, un lugar popular para ver las ballenas desde tierra. Así que allí que fuimos, con nuestros prismáticos y el desayuno en una bolsa. Es ya como una tradición el ir al cabo de Solander y desayunar allí a la búsqueda de ballenas. En años pasados hemos visto alguna que otra ballena, pero siempre están muy lejos y no hay mucho que ver.

Hoy ha sido diferente. Solamente hemos visto tres ballenas, pero una de ellas era de las saltarinas y nos ha dado una demostración acrobática. Y hay que ver lo impresionante que es el ver a una mole tan grande saltar al aire y caer de espaldas al agua. Y lo hizo no una vez sino tantas que perdí la cuenta. Más que una ballena parecía un delfín. Fue todo un espectáculo. Me llevé la cámara para fotografiar las ballenas, pero con las prisas me dejé el teleobjetivo en casa con lo que no pude hacer ninguna foto. Aun así disfrutamos viéndolas a través de los prismáticos.

lunes, junio 12, 2006

El cumpleaños de la reina

Por si acaso hay gente que no lo sepa, la reina de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte también es reina de Australia... ¡qué fuerte! Hace unos pocos años hubo una votación para ver si los australianos querían seguir siendo súbditos de la reina y votaron que sí. Aunque la verdad lo que pasó es que no se pusieron de acuerdo en los detalles de cómo hacer Australia una república, con lo que sigue siendo una monarquía.

Pues bien, hoy lunes es el cumpleaños de la reina y es fiesta. Como dato curioso, realmente el cumpleaños no es hoy, y se celebra en distintos días en otros países, pero bueno, no importa. Lo que importa es que es fiesta, con lo que me puedo recuperar del viaje.

sábado, junio 10, 2006

Nueva York -- El último día


Hoy ha sido el último día en Nueva York. La conferencia ya ha terminado, y tengo todo el día para ver la ciudad. Bueno, hasta las cinco, cuando el taxi me lleva al aeropuerto. El día era precioso y no me apetecía ir de museos o exposiciones. Simplemente, fui de aquí para allá, a donde me llevaran los pies o el metro. El primer lugar donde fui fue a lo alto del edificio Rockefeller. La vista es fenomenal, mucho mejor que desde el Empire State Building... porque se desde allí se puede ver el Empire State en toda su gloria. El Empire State es un edificio soberbio, diría que está en el centro geográfico de Manhattan, y desde donde mejor se ve es desde el edilficio de Rockefeller... ¡y hay menos colas para subir arriba! Aunque tal vez es porque era aun por la mañana.

Después fui al Central Park, donde conseguí perderme a pesar de llevar brújula, y es que hace tanto tiempo que no uso la brújula que cuando la intenté usar confundí el norte con el sur... acabé en el lado contrario de donde quería ir. Era sábado, y el parque estaba lleno de neoyorquinos disfrutando de un día de verano en fin de semana. Descubrí que no juegan al beisbol sino al "softball", una versión del beisbol que es más fácil de jugar.

Fui a Washington Square otra vez, donde esta vez había una concentración de seguidores de Hara Krisna. Y es que de todo puede ocurrir en Nueva York.

Ahora estoy en el avión, de vuelta a Sidney. Ciertamente vale la pena visitar Nueva York al menos una vez en la vida. Aun no sé qué pensar de la ciudad. No es que haya visto mucho, pero lo que no se puede negar es que es una ciudad vibrante, donde si uno lo intenta, puede encontrar algo a su gusto.

Sobre los neoyorquinos, me da la impresión que dentro de su fachada de gente difícil (y es que hay que ver qué cara de pocos amigos que ponen cuando me acercaba a alguno preguntando una dirección), son gente sensible, que aman su vida privada y su forma de ser. Y, sobre todo, aman su ciudad. Es la capital del mundo, o eso dicen ellos. Y por cierto, yo que pensaba que todos los estadounidenses tienen un acento horrible, he descubierto que el acento neoyorquino es encantador. Suena muy sugerente y muy honesto, algo así como de alguien sensible o inseguro. Pero tal vez sea porque he visto demasiadas películas de Woody Allen, su acento es marcadamente neoyorquino.

El avión ha despegado y por fín he visto los rascacielos desde el aire. Parecen muy pequeños en la distancia (por motivos obvios los aviones no vuelan por encima de Nueva York), pero hay tanto que ver allí. A ver cuándo es la siguiente conferencia en Nueva York...

viernes, junio 09, 2006

Nueva York -- El nuevo hotel


El nuevo hotel es un hotel con carácter. Se llama Mayfair, y es un hotel bastante viejo. El ascensor es de los de los años de la maricastaña y las habitaciones son diminutas (o por lo menos la mía, que era la más barata que tenían). Me parece que mi habitación es como la cuarta parte de la que tenía en el hotel de la conferencia. Y las paredes están todas con papel pintado, muy recargado de imágenes. Pero está en el centro del centro de Manhattan, y eso es lo que cuenta. Estoy a tres minutos de Times Square, que es el centro de la zona de los musicales. All llegar al hotel eran las 7 de la tarde, y todo era ver colas de gente para entrar en los musicales de Broadway. Al lado del hotel hacen el musical "Chicago", más abajo "The Lion King" ("El rey león"), un poco más allá "The Phantom of the Opera" ("El fantasma de la ópera"), y luego están los musicales de segundo rango, y de tercero... Esto parece un festival permanente. Las calles están llenas de gente, y se va más rápido a pie que en coche. Se ven trajes de gala por todas partes, mezclados con la vestimenta informal típica de los turistas (como yo). Y en los semáforos hay gente que anuncia comedias y actuaciones diversas.

La avenida de Broadway está al lado mismo, y la seguí hasta llegar al Empire State Building. Llegar hasta arriba es toda una aventura. Cuando crees que ya has pasado una cola, aparece otra. Hay una cola para comprar el billete, otra para tomar el primer ascensor, y otra para tomar el segundo. Tenía la esperanza de llegar arriba en la "hora mágica" cuando empieza a anochecer, pero cuando llegué el sol ya se había puesto hace rato. Aun así el paisaje vale la pena y perdí la cuenta de las fotos que hice. Por suerte el tiempo era bueno y pude disfrutar del paisaje. Cuando estaba dispuesto a bajar empezó a llover. ¡Casi me pilla!

De vuelta al hotel encontré una pizzería y me compré una pizza y un Budweiser, que me hacía ilusión tomar las dos cosas juntas.

Nueva York -- Del infierno al cielo, culinariamente hablando


Esta mañana el tiempo seguía mal, y a la hora de comer salí a la lluvia sin paraguas. La lluvia era fina, pero aún así, como todo lo que es de agua, mojaba. Fui con unos colegas de la conferencia a un restaurante japonés. ¡Qué contraste con el que fui el otro día! La verdad es que no sabía que la comida japonesa pudiera llegar a ser mala. Pedí tempura con fideos gordos, pero los fideos estaban tan blandos que no se podían coger con los palillos. Y la sopa de los fideos era insípida. Me parece que, con la lluvia y la comida, casi caigo enfermo. Ha sido mi infierno culinario.

Por la tarde, al contrario, fui a cenar al otro restaurante japonés, al bueno, al que me gustó tanto la otra vez. La verdad es que no pensaba repetir, pero me daba el gusanillo saber si la otra vez simplemente había tenido suerte y había coincidido en pedir un plato bueno. Con lo que fui a probar otro plato. Esta vez el restaurante estaba completo y tuve que esperar hasta que hubiera sitio. Y es que, al fin y al cabo, el restaurante no era un secreto, ni mucho menos. Resulta que ha recibido varios premios y buenas críticas en las revistas de ocio de Nueva York. ¡Mi secreto arruinado! Así que, para que lo sepan todos, y como ya he dicho a Esther, el restaurante se llama "Iron Chef". Como el programa de cocina japonés. No sé si lo televisan en España, pero es un programa muy diferente de los otros programas de cocina... pero bueno, tal vez hablaré de esto en otra ocasión.

Esta vez pedí un plato de los recomendados en el menú. Entonces fue cuando me di cuenta que lo que pedí el otro día no era nada. ¡Lo de hoy sí que era bueno! Disfruté cada momento de la cena, cada bocado del plato, como si estuviera naciendo otra vez. No recuerdo comer nada mejor en varios años. La verdad es que no me pareció un plato muy japonés, más bien una fusión entre japonés y francés. El pescado tenía una salsa blanca, y el sabor del plato fue indescribible. Ha sido mi cielo culinario. Desde ahora este restaurante será mi meca cuando vuelva a Nueva York. La foto la hice desde mi mesa.

Bueno, mañana se acaba la conferencia y tengo que cambiar de hotel. El hotel al que voy no creo que tenga conexión de internet, con lo que tal vez esta sea la última vez que escriba desde Nueva York. Y encima, el blogger no funciona ahora, lo han desconectado por mantenimiento. Estoy escribiendo en mi portátil, y tal vez lo tenga que subir al blogger desde Sidney. Bueno, da igual. Algún día esto llegará al blog. Mientras tanto... buenas noches.

jueves, junio 08, 2006

Nueva York -- Día lluvioso

Esta vez no hay nada que contar. Tengo trabajo atrasado y, como ha estado todo el día lloviendo, me he encerrado en la habitación del hotel desde después de comer hasta ahora mismo (las 11 y media). Solamente he parado para ir a cenar en el bar del hotel. Y es que sigue lloviendo... El menú, una pizza neoyorkina, es decir, una pizza normal y corriente. Y es que las pizzas en EEUU más que pizzas parecen cocas. Vamos, como el Pizza Hut. Se ve que como los immigrantes italianos paraban primero en Nueva York la pizza de esta ciudad es la tradicional... pero una vez oí que la pizza la inventaron los italianos de EEUU, alguien sabe de esto? Nada, buenas noches, que mañana sigue la conferencia.

Corrijo lo dicho arriba, según Wikipedia la pizza es realmente italiana, aunque los estadounidenses fueron los que la comercializaron. Y sí, la primera pizzería de los EEUU se abrió en Nueva York. Buenas noches.

miércoles, junio 07, 2006

Nueva York -- En busca del restaurante perdido


Hoy, otra vez he ido al paseo a comer de bocadillo, pero la verdad es que esto empieza a repetir... supongo que si vivo aquí al final ni me fijaría de los rascacielos. Y dicen que así es como se distingue a un auténtico neoyorquino de un turista: el neoyorquino no mira hacia arriba.

Bueno, esta tarde me hacía ilusión cenar algo distinto, y decidí ir a un restaurante español-asiático. No sé, igual vale la pena, y era uno de los que recomendaban en la conferencia. Total, que fui allí, y nada, que no lo encontraba. Pero no fui en vano. La zona tenía otra vista impresionante del puente de Brooklyn y Manhattan al fondo (¿Y por qué se llama "la gran manzana"?, me pregunto). Casi todos los que estaban allí estaban disfrutando del paisaje comiendo un helado, y pronto encontré al culpable de la invasión heladeril. Había una tienda que se preciaba de tener los mejores helados del lugar. Como dice Esther, me gusta mezclarme con la gente del lugar con lo que yo también me compré el helado y disfruté del paisaje. La verdad es que empezaba a pensar que el helado sería mi única cena...

De vuelta al hotel encontré el restaurante, pero estaba cerrado. Nada, que no hay suerte... eso pensé. Pero la verdad es que, a mitad de camino de vuelta, encontré un restaurante japonés diminuto, en una zona con más restaurantes asiáticos. Creo que es uno de esos pequeños secretos que nunca aparecen en las guías de viaje y que sólo los lugareños conocen. La cena fue seguramente mejor que la del restaurante que pensaba ir, y seguro que a mitad de precio.

¿Y el nombre del restaurante? Ah, ése es mi secreto. Y como éste debe de haber un montón en cualquier ciudad del mundo.

martes, junio 06, 2006

Nueva York -- Brooklyn


El hotel donde estoy está en Brooklyn, al lado mismo del puente, y de la vista de Manhattan que ha aparecido en tantas películas y fotografías. Total, que hoy, a la hora de comer, he decidido hacerme una ensalada (muy fácil, no hay más que ir a un supermercado cercano especializado en este tipo de cosas y preparar la ensalada allí mismo), e ir a comer a "Brooklyn Heights", el paseo con la vista de Manhattan. Mi idea era, más o menos, sentarme en un banco y disfrutar de la comida viendo los rascacielos. Pero yo no fui el único de la conferencia que pensó lo mismo, y sin pensarlo aparecimos allí unas diez personas de la conferencia. Me da la impresión que, al final de la conferencia, la mitad de los participantes estará allí haciendo lo mismo... se come barato, no se pagan propinas, y se ve un paisaje de película... nunca mejor dicho.

La calle que conecta el hotel con el paseo está llena de tiendas, cafés, y restaurantes. Me van a faltar días para probarlos todos. Pero bueno, igual sigo comiendo en el banco del paseo, con la mitad de la gente de la conferencia. Y lo sorprendente es la gente que hay por las calles. No son del tipo de los que se pasan el día estresados yendo de casa a la oficina y viceversa. Tal vez porque era la hora de comer, no sé, pero todos parecían muy relajados. Y la verdad es que no parecían turistas. O tal vez eran brooklinos (o como se diga) que estaban de vacaciones? Al fin y al cabo es verano.

Hoy ha salido el sol, con lo que, cómo no, no he podido evitar ir al paseo al anochecer, aquí va mi foto (con alguna que otra manipulación digital, he de decirlo).

lunes, junio 05, 2006

Nueva York -- Primer Día



Con las prisas con preparar todo para la conferencia no me dí cuenta que tenía la tarde del primer día libre, con lo que he aprovechado para hacer mi primera excursión. El hotel donde estoy es el Marriot, en Brooklyn, al lado mismo del puente de dicho nombre. El puente mismo es una maravilla de ingeniería. Empieza a estar viejo, pero aguanta bien, teniendo en cuenta el tráfico que pasa, y los turistas que lo atraviesan. Del puente pasé al lugar donde estaba el World Trade Center. Me sorprendió que no hubiera casi ningún recuerdo del evento, aparte del obvio espacio vacío. Algo que quieren evitar los neoyorquinos es que el lugar se convierta en algo comercial, y está prohibido vender mercancía sobre el suceso 11-Septiembre, e incluso pedir limosnas. La verdad es que había un músico de calle tocando con el sombrero en espera de monedas, pero parece que, o la policía no se había dado cuenta, o no se molestaban en echarle.

De allí caminé la calle Broadway hacia el norte, atravesando el Soho, una zona con tiendas baratas y donde había mercadillos. Tal vez porque era domingo? Acabé mi caminata en Washington Square Park, un parque donde la gente se congrega para hacer varias actividades. Había un grupo que tocaba blues espontáneamenta, algo así como un jam session, pero de blues. Pero lo más espectacular del parque hoy ha sido el grupo de capoeira, esa actividad brasileña a medio camino entre baile y arte marcial. Y en este caso, me dió la impresión de que tenía toques de break dance, hay que ver qué saltos y qué giros hacían. No os lo podéis imaginar, pero igual lo podéis ver en esta grabación que hice... lástima que mi cámara no tiene micrófono.

Mañana estaré todo el día en el hotel lo más seguro, atendiendo a la conferencia, y preparando mi presentación, con lo que es posible que no salga. Pero bueno, aquí van unas cuantas fotos de hoy.

domingo, junio 04, 2006

Nueva York -- La Llegada

Estas últimas semanas he estado muy ocupado y no he podido hacer caso al blog. La razón es que tenía que adelantar trabajo porque tenía que ir a una conferencia en Nueva York. Bueno, por qué hablo en el pasado? Acabo de llegar a Nueva York y ahora estoy en el hotel.

El viaje desde Australia hasta Nueva York es todo un acontecimiento. El viaje ha durado unas 24 horas, pero lo curioso es que, con la diferencia horaria y porque el cambio internacional de fecha está en un meridiano del Océano Pacífico, mi primer avión despegaba el sábado a las 10:50 y mi último avión aterrizaba el mismo sábado a las 19:00. Parece como si el tiempo se hubiera alargado. El tiempo que he ganado lo perderé a la vuelta, a no ser que haga como Phileas Fox, el de la vuelta al mundo en 80 días...

Esta es la primera vez que vengo a Nueva York, pero es la tercera vez que vengo a los EEUU. Y siempre que vengo me sorprendo de ver la poca eficiencia que hay en los aeropuertos. Parece como si las cosas funcionaran de milagro... He hecho escala en Los Angeles, y por casualidad he descubierto de dónde salía el avión con destino a Nueva York. No lo anunciaron en los carteles electrónicos, y ninguno de los que preguntaba en el aeropuerto sabía con certeza de dónde salía el avión. Todos decían algo así como "me parece que es por esa zona". Fui a la zona que me indicaron y sí, tenían razón, pero aun así no había ningún anuncio por ninguna parte.

Llegando a Nueva York me hacía ilusión ver los rascacielos desde el avión, pero al final del viaje estaba tan cansado y con tanto sueño atrasado que me dormí la última hora del viaje, y me desperté cuando el avión tomó tierra. ¡Lástima! Espero no dormirme a la vuelta.

El hotel tiene una habitación enorme. Es el recomendado por la conferencia y nos ofrecían un descuento muy grande. Pedí habitación en un piso alto con la esperanza de que la habitación tuviera vistas, pero ná, las "vistas" son a la parte de atrás de la manzana donde está el hotel.

Vale, igual sigo contando más cosas mañana. Ahora tengo que descansar, que la conferencia empieza mañana por la mañana...

Buenas noches