martes, enero 02, 2007

Vinos y música


El viaje de hoy ha sido a Cooma, un pueblo a unos 100 kilómetros al sur de Canberra, que aquí en Australia esta distancia no es nada. La razón de este viaje es una bodega de vinos producidos por immigrantes del este de Europa y los vinos son distintos de lo que se encuentra aquí en Australia. Y nada más llegar nos dimos cuenta que no solamente los vinos son distintos. Aparte de plantar sus uvas también crían sus cerdos y producen chorizos, tocinos ahumados, y jamones. El hombre es muy locuaz, habla de todo y con todos, en un inglés con acento indefinido. Nos contó que él es austro-húngaro, y no me refiero al imperio, sino que es mitad austríaco y mitad húngaro, pero se crió en Rumania. Nos habló de historia, política, viajes, todos desde su punto de vista tan personal. Aparte de servirnos vinos nos obsequió con un vasito de un licor de 75 grados. Era tan fuerte que el líquido se evaporaba nada más tocar la lengua. Y me parece que parte de la lengua y boca se evaporaban con él. La mujer, también locuaz, nos hablaba con un acento que a mí me sonó como ruso. Los vinos me recordaban un poco a lo que se encuentra en España, unos vinos con sabores más sutiles que los australianos. Y en cuanto me dijo que también producen chorizos y jamones me dieron las ganas de comer allí, pero ese no era nuestro plan. Este es otro lugar al que tenemos que volver.

De vuelta en Camberra fuimos a un concierto al carrillón. El carrillón es un campanario cuyas campanas se pueden tocar usando un teclado como si fuera una especie órgano. La tarde no era especialmente cálida, más bien fría y con viento, pero fuimos de todos modos. El concierto nos regaló música variada. Sí, al fin y al cabo estamos en Canberra, la capital de Australia. No es una ciudad grande, pero tiene más atracciones por cabeza que cualquier otra ciudad australiana.

4 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Ala que ricos y no probasteis ni los embutidos ni los jamones, ya os vale. Hay que romper los planes a veces, hombre. Pero que gente más curiosa hay por Australia, jejeje, está bien eso.
Eso sí, un concierto de campanas, no por dios, estoy cansada de oír campanas a todas horas, ains mi cabecita. Eso no te lo envidio, fijate...
Besitosssssss

Unknown dijo...

Hola Esther, pues parece mentira pero aquí en Australia echo de menos las campanas, que las iglesias de aquí no las usan... y ¿qué es un domingo sin campanas?

Esther Hhhh dijo...

Pues para mi eso es una delicia, un domingo sin campanas, toda una semana sin campanas, mmmmmmmm... Hubo un diá que se estropeó el pc de la iglesia de abajo y no hubo campanas... NO sabes que feliz fui ese día. Lástima que al día siguiente volvieron a funcionar

Unknown dijo...

Y supongo que no te gustará el villancico ese de "campana sobre campana". Pero creo que, después de no oír campanas durante años las echarías de menos, como yo.