Muchos países tienen sus dos ciudades rivales. En España, Madrid y Barcelona. En Japón, Tokio y Osaka. En Brasil, Rio y Sao Paulo. Pues bien, en Australia, las dos ciudades son Sidney y Melbourne. La rivalidad llegó a ser tal, que la capital de Australia la pusieron a medio camino entre las dos, para que ninguna tuviera preferencia.
Aprovechando una conferencia en Melbourne, Mineko y yo pasamos el fin de semana en la ciudad rival de Sidney. Y qué distinta que es de nuestra ciudad. Sidney tiene sus edificios archiconocidos, como la ópera y el puente sobre el puerto, y tiene sus playas y, sobre todo, su puerto. En cambio, Melbourne se precia de tener el edificio más alto del hemisferio sur, y la nave comercial más larga (también del hemisferio sur). Pero ni el uno ni la otra son realmente tan conocidos como la ópera de Sidney. Esto parece ser más bien cuestión de carácter. Sidney es la ciudad extrovertida, el centro turístico y comercial. Melbourne, en contra, es la ciudad de las artes, la cultura y el deporte. La ciudad misma tiene un aspecto más europeo que Sidney, que tiene un aspecto más americano. Mientras el transporte público en Sidney brilla por su ineficiencia, el transporte público de Melbourne parece una pieza de precisión traída de Suiza. ¡Tiene incluso tranvías!
Incluso la gente parece distinta. Melbourne fue en su tiempo la meca de la immigración a Australia. La consecuencia es que su comunidad griega es de las más grandes del mundo. También tiene su comunidad italiana y, cómo no, su barrio chino. Pero la gente parece más mezclada que en Sidney. Los immigrantes han tenido más tiempo de integrarse. Por ejemplo, da gusto oír a una persona entrada en años y de rasgos marcadamente chinos, y que hable un inglés con un acento australiano. En cambio, Sidney es el centro de immigración actual, es donde está el dinero, y los immigrantes son nuevos, frescos, con su cultura casi intacta de su país de origen.
Mientras que la impresión que Sidney me da es que es un pueblo grande, inmenso, pero un pueblo en sí, Melbourne tiene un aire de ciudad. Sidney, sí, tiene sus puntos turísticos, pero son eso, algo turístico. Melbourne, en cambio, parece ser una ciudad más, bien, más cívica. Vamos, que tiene su encanto.
Hubo un tiempo, durante la fiebre del oro, que Melbourne era una ciudad muy rica. Ahora el dinero está en Sidney. Pero la gente de Melbourne ha sabido sacar partido de su época dorada y conserva su alma de ciudad. A ver si Sidney aprende.
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4 comentarios:
Y si no aprende, te veo emigrando a Melbourne.
Hola Diego, jejeje:
Te he visto muy entregado en este Blog, parece que Melbourne te ha gustado y mucho... Lástima que esté tan lejos de Sidney. Pero ya te digo, os veo cambiando de ciudad de residencia, a este paso...
Besitos
PD: Como sigas así, de verdad que vas a tener que ir ayudándome a encontrar trabajo allí eh??
Sí que es una ciudad preciosa, sí. Es otra ciudad que hemos marcado como "volver otra vez". Nos ha faltado tiempo.
Me encantaría ver Melbourne, aunque la verdad también Sidney. Deben de ser dos ciudades preciosas cada una en su estilo. Marilyn
Veo que ya se ha solucionado lo de publicar con nuestro nombre, ¡guay!
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