Vale, se acabó el viaje a Melbourne. Dicen que Melbourne ha ganado premios como la ciudad con mejor calidad de vida, y me lo creo. Tiene dos de las mejores universidades de Australia, una comunidad cosmopolita, parques por todas partes, cafés, teatros, y actividades para todos los gustos. El transporte público es "bueno, bonito y barato", y la gente parece mucho más alegre y dispuesta a sonreír que en Sidney.
Lo único que le falla es el tiempo. Dicen que en Melbourne te puedes encontrar las cuatro estaciones en un día. Hoy tocó el invierno, y nos pilló desprevenidos. Hacía frío, viento y lluvia y si no pillamos un resfriado es por suerte.
Bueno, ya estamos en Sidney. De vuelta al tráfico, los suburbios aburridos, y el calor. Las pobres plantas de nuestra terraza están sedientas, y los bonsais están los pobres que espero que salgan de esta. Ya veremos qué hacemos para irnos de vacaciones este verano, si ya hace tanto calor.
domingo, septiembre 24, 2006
sábado, septiembre 23, 2006
Una de griegos y de romanos
Ayer viernes fuimos de cena al barrio italiano, en la calle de Lygon. Es una calle llena de heladerías italianas, restaurantes y pizzerías. Caminas por la calle y te acosan los trabajadores de los restaurantes, intentando convencerte de que entres en su restaurante. Al final nos decidimos por un restaurante en el que el dueño jura que el suyo es el más genuinamente italiano, con la comida más fresca y barata del barrio. Total, que allí entramos. La comida italiana no es mi fuerte y no puedo decir que me gustara mucho. Al contrario, acabamos comiendo demasiado y llegamos a casa medio enfermos. La cena fue tanto que hoy apenas hemos desayunado y no hemos comido. ¡Qué empacho que tuvimos!
Hoy decidimos probar la comida griega. Fuimos al restaurante Stalactites, decorado, pues sí, con estalactitas de yeso. No había gente intentando atraerte al restaurante, supongo que porque era tan conocido. Pero la comida era deliciosa, y eso es lo que vale. Por una fracción del precio de ayer comimos como reyes griegos. Aún me estoy relamiendo.
Pero los dos restaurantes tienen el mismo problema. ¡Demasiada comida! Ahora entiendo por qué hay tantos gordos en Melburne.
Hoy decidimos probar la comida griega. Fuimos al restaurante Stalactites, decorado, pues sí, con estalactitas de yeso. No había gente intentando atraerte al restaurante, supongo que porque era tan conocido. Pero la comida era deliciosa, y eso es lo que vale. Por una fracción del precio de ayer comimos como reyes griegos. Aún me estoy relamiendo.
Pero los dos restaurantes tienen el mismo problema. ¡Demasiada comida! Ahora entiendo por qué hay tantos gordos en Melburne.
viernes, septiembre 22, 2006
Melbourne
Muchos países tienen sus dos ciudades rivales. En España, Madrid y Barcelona. En Japón, Tokio y Osaka. En Brasil, Rio y Sao Paulo. Pues bien, en Australia, las dos ciudades son Sidney y Melbourne. La rivalidad llegó a ser tal, que la capital de Australia la pusieron a medio camino entre las dos, para que ninguna tuviera preferencia.
Aprovechando una conferencia en Melbourne, Mineko y yo pasamos el fin de semana en la ciudad rival de Sidney. Y qué distinta que es de nuestra ciudad. Sidney tiene sus edificios archiconocidos, como la ópera y el puente sobre el puerto, y tiene sus playas y, sobre todo, su puerto. En cambio, Melbourne se precia de tener el edificio más alto del hemisferio sur, y la nave comercial más larga (también del hemisferio sur). Pero ni el uno ni la otra son realmente tan conocidos como la ópera de Sidney. Esto parece ser más bien cuestión de carácter. Sidney es la ciudad extrovertida, el centro turístico y comercial. Melbourne, en contra, es la ciudad de las artes, la cultura y el deporte. La ciudad misma tiene un aspecto más europeo que Sidney, que tiene un aspecto más americano. Mientras el transporte público en Sidney brilla por su ineficiencia, el transporte público de Melbourne parece una pieza de precisión traída de Suiza. ¡Tiene incluso tranvías!
Incluso la gente parece distinta. Melbourne fue en su tiempo la meca de la immigración a Australia. La consecuencia es que su comunidad griega es de las más grandes del mundo. También tiene su comunidad italiana y, cómo no, su barrio chino. Pero la gente parece más mezclada que en Sidney. Los immigrantes han tenido más tiempo de integrarse. Por ejemplo, da gusto oír a una persona entrada en años y de rasgos marcadamente chinos, y que hable un inglés con un acento australiano. En cambio, Sidney es el centro de immigración actual, es donde está el dinero, y los immigrantes son nuevos, frescos, con su cultura casi intacta de su país de origen.
Mientras que la impresión que Sidney me da es que es un pueblo grande, inmenso, pero un pueblo en sí, Melbourne tiene un aire de ciudad. Sidney, sí, tiene sus puntos turísticos, pero son eso, algo turístico. Melbourne, en cambio, parece ser una ciudad más, bien, más cívica. Vamos, que tiene su encanto.
Hubo un tiempo, durante la fiebre del oro, que Melbourne era una ciudad muy rica. Ahora el dinero está en Sidney. Pero la gente de Melbourne ha sabido sacar partido de su época dorada y conserva su alma de ciudad. A ver si Sidney aprende.
Aprovechando una conferencia en Melbourne, Mineko y yo pasamos el fin de semana en la ciudad rival de Sidney. Y qué distinta que es de nuestra ciudad. Sidney tiene sus edificios archiconocidos, como la ópera y el puente sobre el puerto, y tiene sus playas y, sobre todo, su puerto. En cambio, Melbourne se precia de tener el edificio más alto del hemisferio sur, y la nave comercial más larga (también del hemisferio sur). Pero ni el uno ni la otra son realmente tan conocidos como la ópera de Sidney. Esto parece ser más bien cuestión de carácter. Sidney es la ciudad extrovertida, el centro turístico y comercial. Melbourne, en contra, es la ciudad de las artes, la cultura y el deporte. La ciudad misma tiene un aspecto más europeo que Sidney, que tiene un aspecto más americano. Mientras el transporte público en Sidney brilla por su ineficiencia, el transporte público de Melbourne parece una pieza de precisión traída de Suiza. ¡Tiene incluso tranvías!
Incluso la gente parece distinta. Melbourne fue en su tiempo la meca de la immigración a Australia. La consecuencia es que su comunidad griega es de las más grandes del mundo. También tiene su comunidad italiana y, cómo no, su barrio chino. Pero la gente parece más mezclada que en Sidney. Los immigrantes han tenido más tiempo de integrarse. Por ejemplo, da gusto oír a una persona entrada en años y de rasgos marcadamente chinos, y que hable un inglés con un acento australiano. En cambio, Sidney es el centro de immigración actual, es donde está el dinero, y los immigrantes son nuevos, frescos, con su cultura casi intacta de su país de origen.
Mientras que la impresión que Sidney me da es que es un pueblo grande, inmenso, pero un pueblo en sí, Melbourne tiene un aire de ciudad. Sidney, sí, tiene sus puntos turísticos, pero son eso, algo turístico. Melbourne, en cambio, parece ser una ciudad más, bien, más cívica. Vamos, que tiene su encanto.
Hubo un tiempo, durante la fiebre del oro, que Melbourne era una ciudad muy rica. Ahora el dinero está en Sidney. Pero la gente de Melbourne ha sabido sacar partido de su época dorada y conserva su alma de ciudad. A ver si Sidney aprende.
miércoles, septiembre 13, 2006
Un nuevo pasatiempo
Con la llegada de la primavera, como dicen, la sangre se altera. Y a mí se me ha alterado de una forma extraña. De repente me ha dado por cultivar bonsais. Hace unas semanas Mineko y yo fuimos a una exhibición de bonsais, y la semana pasada incluso fuimos a un cursillo de bonsais. Solamente dos horas, pero disfrutamos de lo lindo preparando un bonsai cada uno. Aquí está el resultado. Este es el bonsai de Mineko, que le salió mejor que a mí. Bueno, bonsai es un decir, que tenemos que esperar lo menos 10 años para poder decir que realmente lo es.
Ya veremos lo que nos dura. La verdad es que da mucha ilusión seguir de cerca el crecimiento de un árbol en miniatura, y tomar decisiones acerca de su diseño. Unos dicen que es torturar el árbol, otros que es como querer ser como un dios que modifica un ser vivo a su antojo. A los primeros les digo que el árbol se tortura tanto como en un jardín, y que un bonsai puede durar mucho más que un árbol de tamaño natural. A los segundos les digo que no es tanto el ser como un dios (y al fin y al cabo muchos padres quieren que sus hijos sean como los padres quieren, ¿no?), sino el ver cómo se desarrollan, y estar pendientes de si sufren o no...
Ya enviaré más fotos dentro de 10 años.
Ya veremos lo que nos dura. La verdad es que da mucha ilusión seguir de cerca el crecimiento de un árbol en miniatura, y tomar decisiones acerca de su diseño. Unos dicen que es torturar el árbol, otros que es como querer ser como un dios que modifica un ser vivo a su antojo. A los primeros les digo que el árbol se tortura tanto como en un jardín, y que un bonsai puede durar mucho más que un árbol de tamaño natural. A los segundos les digo que no es tanto el ser como un dios (y al fin y al cabo muchos padres quieren que sus hijos sean como los padres quieren, ¿no?), sino el ver cómo se desarrollan, y estar pendientes de si sufren o no...
Ya enviaré más fotos dentro de 10 años.
martes, septiembre 12, 2006
Cómo enviar comentarios (segunda parte)
Pues parece ser que Google ha hecho una pifiada y si cambias tu blog de blogger a su nuevo formato (Blogger beta) , la gente que no está inscrita a Blogger beta no puede poner comentarios. Y encima yo no puedo poner comentarios a blogs que no son beta. Esto lo he "solucionado" creándome una cuenta fantasma de blogger (para los curiosos, aquí está, pero no pongas comentarios allí que igual no los leo).
Total, que si quieres poner un comentario en este blog y tienes problemas tendrás que ponerlo de forma anonima... ¡qué fastidio! Si tienes que escribir un comentario anónimo pon tu nombre, o usa algún método de identificación.
He tenido que permitir comentarios anónimos, y para evitar espám (¿o spam? ¡como se diga!) tienes que repetir las palabras que aparecen en el gráfico.
Lo de la segunda parte del título viene porque ya escribí otra entrada acerca de cómo poner comentarios...
Y repito, ¡qué fastidio!
Total, que si quieres poner un comentario en este blog y tienes problemas tendrás que ponerlo de forma anonima... ¡qué fastidio! Si tienes que escribir un comentario anónimo pon tu nombre, o usa algún método de identificación.
He tenido que permitir comentarios anónimos, y para evitar espám (¿o spam? ¡como se diga!) tienes que repetir las palabras que aparecen en el gráfico.
Lo de la segunda parte del título viene porque ya escribí otra entrada acerca de cómo poner comentarios...
Y repito, ¡qué fastidio!
lunes, septiembre 04, 2006
Hasta luego, cocodrilo
Hoy ha ocurrido algo trágico. Steve Irwin, llamado como el cazador de cocodrilos, ha muerto en acción. Steve era un hombre de acción y de pasiones. Todo el mundo en Australia le conocía, y en los últimos años era como un embajador de Australia. Era conocido como el cazador de cocodrilos por los programas de naturaleza-aventura que ha realizado durante gran parte de su vida. Mucho se ha hablado de sus programas espectaculares donde se colocaba a tiro de mandíbula de cocodrilos y otros animales peligrosos. Su forma de hablar, tan exagerada, como un niño que cuenta su película favorita, le hizo un favorito entre los niños y entre gente de otros países como el "australiano aventurero", tomando el relevo de Paul Hogan, el famoso "Cocodrilo Dundee" de los años ochenta.
Nadie puede negar su pasión por la naturaleza y, aunque en apariencia no temiera los animales peligrosos, era muestra de su gran conocimiento de las reacciones de los animales salvajes. Esto le hizo uno de los principales personajes australianos en defensa de la naturaleza.
Adios, Steve. Tus acciones tal vez llegaron demasiado lejos y una raya acabó con tu vida. Tal vez así es como quisiste acabar, en acción, como mi gran héroe de la naturaleza, Felix Rodríguez de la Fuente. Adiós, Steve, o, tal vez, hasta luego, cocodrilo.
Nadie puede negar su pasión por la naturaleza y, aunque en apariencia no temiera los animales peligrosos, era muestra de su gran conocimiento de las reacciones de los animales salvajes. Esto le hizo uno de los principales personajes australianos en defensa de la naturaleza.
Adios, Steve. Tus acciones tal vez llegaron demasiado lejos y una raya acabó con tu vida. Tal vez así es como quisiste acabar, en acción, como mi gran héroe de la naturaleza, Felix Rodríguez de la Fuente. Adiós, Steve, o, tal vez, hasta luego, cocodrilo.
domingo, septiembre 03, 2006
La primavera y el arce japonés
Este año la primavera ha llegado antes de lo esperado. ¡Bienvenida! Casi de repente las plantas de nuestra terraza han empezado a mostrar signos de vida. Y la planta más espectacular de todas es el arce japonés, que estos últimos días ha empezado a sacar hojas. Y es una maravilla ver cómo se desarrollan. Parece que, indecisas y sin saber qué forma tomar, van tomando diferentes formas hasta, después de una semana o así, la forma completa ya se puede distinguir. En un principio la hoja es anaranjada, para pasar a tomar su color verde. Es una hoja con múltiples puntas, y rodeada de flores diminutas.
Nuestro arce es un árbol pequeñito, o tal vez se podría decir que es un bonsai gigante, no sé. Pero el tamaño, de unos dos metros de altura, es ideal para nuestra terraza. ¡Qué agradecimos que estamos Mineko y yo de los vecinos, que se mudaron de casa hace un año y nos regalaron este árbol porque no se lo podían llevar!
Con un árbol así se pueden apreciar las cuatro estaciones sin moverse de casa.
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