martes, diciembre 26, 2006

St Helens



Anoche cayó un aguacero. Verdaderamente ha sido una suerte que decidiéramos quedarnos bajo techo en vez de acampar. Y lo mejor de todo, esta mañana ha amanecido seco, sin lluvia.

Hoy hemos decidido intentar hacer piragüismo. Según nuestro libro guía, la bahía de St Helens es ideal para ello. Pregunto en el dueño de nuestro alojamiento, en la oficina de turismo, y en el hostal de mochileros ("backpackers"), y todos me dicen la misma compañía para alquilar piraguas. Esta compañía, "boats ahoy", se especializa en alquilar barcos de todo tipo, sobre todo yates para la gente que viene a pescar. Les llamo por teléfono y me dicen que tienen una piragua para dos, como queremos. Pero cuando llegamos al lugar vemos que la piragua es muy simple, más bien un trozo de plástico con dos asientos. La idea que teníamos era de hacer piragüismo con una piragua de largo recorrido, con timón y espacios estancos para almacenar cosas como la comida y las cámaras de fotos. Encima el tiempo no está de nuestra parte. Hace viento, y la bahía, aunque protegida, tiene olas lo bastante grandes como para dificultar la navegación.

Al final nos convencen para que usemos un fuera borda pequeño, de los que no requieren licencia de conducir. Es lo que llaman un "tinny" porque el casco es metálico. Es más caro, pero ya que estamos en ello, mejor que la piragua. Y allá que vamos, con nuestra barquita, cruzando la bahía. Nos damos cuenta que las olas en el centro y cerca del otro lado son más grandes de lo que pensábamos. Lo bastante como para hacer difícil el manejo de la barca, y convertir este paseo en una aventura. Mineko, que es la primera vez que pasea en una barca de este tamaño tan pequeño, está muerta de miedo y se agarra a la barca con las dos manos y el corazón. Al final llegamos a una playa sin ningún contratiempo y paramos a comer y descansar de la tensión del viaje. El tiempo pasa que vuela, y tenemos que devolver la barca. Por suerte, o tal vez porque ya estamos acostumbrados, el volver es más fácil, y hasta es agradable. Llegamos al punto de salida contentos de estar en tierra, y con la idea de no volver a alquilar un fuera borda en nuestra vida.

El resto del día lo pasamos paseando por aquí y por allá, en varias playas del lugar. Las playas son preciosas pero están más pobladas, quizás porque están más cerca de St Helens, o tal vez porque es el primer día después de Navidad y empiezan las vacaciones de verano para el resto de la gente. A partir de ahora nos será más difícil encontrar sitios despoblados, y puede que tengamos problemas para encontrar alojamiento. ¡Llega la temporada loca de vacaciones!

Hoy ha sido el último día en la costa este. A partir de mañana empieza el viaje de vuelta a Sidney. Un viaje que aún nos puede deparar sorpresas, pues pensamos volver por un camino distinto, más corto pero con más paradas pues pensamos visitar a unos amigos en Camberra. Pero aun quedan varios días por delante antes de llegar a Camberra.

2 comentarios:

Esther Hhhh dijo...

Jejeje, ya decía yo que veía cara de tensión en la foto de Mineko, así como apretando los dientes y diciendo, si si, tu haz la foto rápido que yo quiero bajarme de aquí. Menudo par de aventureros estais hechos.
Ains, ahora vais hacia Camberra, no sé por qué, pero siempre he querido visitar esa parte de Australia, así que voy a leer...
Besitos

Unknown dijo...

No se ven en la foto pero las olas eran enoooormes... o por lo menos en nuestra imaginación.